Una tonelada de madera absorbe casi dos de CO2
Madrid, 19 jul (La Razón)
Los árboles ayudan a mantener el equilibrio ecológico y la biodiversidad. Además, depuran el aire, ya que, para poder generar una tonelada de madera, que tarda más de 10 años en formarse dependiendo de la especie, éstos procesan y fijan 1,85 toneladas de CO2. También limitan la erosión e influyen en las variaciones climáticas. Por ello, la recuperación de la madera es tan importante y necesaria. España recicla casi un millón de toneladas de este material cada año.
Es un sector que genera más de 1.000 puestos de empleo directo. Las empresas que se dedican a recuperar esta materia prima en nuestro país facturaron en 2005 más de 50 millones de euros.
La Asociación de Recuperadores de Madera (Aserma) ha venido desarrollando cada año un proyecto de formación y sensibilización medioambiental cofinanciado por la Fundación Biodiversidad y por el Fondo Social Europeo, con el fin de comunicar la importancia de esta actividad en la que proponen «dar una segunda oportunidad a este material. Con ésto se conseguirá un mejor aprovechamiento de los recursos naturales, por respeto al medio ambiente, porque la sostenibilidad es usar racionalmente los recursos garantizando su disponibilidad para las generaciones futuras y porque la lucha contra el cambio climático y el cumplimiento de los compromisos de Kioto exigen una actuación sostenible en todos los ámbitos».
La mejor forma de evitar problemas como, que el planeta se asfixie cada vez más deprisa o que se acentúe el efecto invernadero es la recuperación de la madera. «De esta forma – explica la Asociación– se puede reducir el porcentaje de madera virgen empleada en fabricación; depurar el aire; disminuir el efecto invernadero; minimizar la ocupación de vertederos debido a la voluminosidad de este material; obtiener una fuente de energía renovable, biomasa y, por otro lado, aumentar la conciencia ecológica de la sociedad y generar numerosos puestos de trabajo y un desarrollo socioeconómico más disperso».
La madera que se suele tirar y que puede ser perfectamente reciclable, normalmente son restos de recortes (trozos de madera generados en los sectores industriales); serrín y viruta generada en los procesos de transformación y corte; palets empleados como base para el trasporte; envases de madera como muebles o puertas; restos de construcción, derribo, poda, y madera tratada, como posteso traviesas.
Para su recuperación y reciclaje, la Asociación explica que lo principal es depositar dichos restos en las zonas de almacenamiento de este material, como son los contenedores, el silo o el apilamiento, o en los puntos limpios de los municipios y polígonos industriales. «Así se facilita su recogida y transporte a los centros de tratamiento, donde el residuo es sometido a procesos de clasificación, limpieza y reducción de volumen. De este modo –indican– la madera recuperada se destina a diversos sectores industriales como son la fabricación de aglomerados, la producción energética, la fabricación y compostaje e, incluso, para ganadería, jardines o pistas ecuestres».
El sector en España
Según los datos proporcionados por Aserma, durante el pasado año se generaron más de 1.400 millones de toneladas de restos de madera, de las cuales se recuperó más de un millón. Un 80 por ciento se destinó a la producción de aglomerados, un 10 a energía y el 10 restante a diversos sectores. Valencia fue la Comunidad Autónoma que presentó el porcentaje más alto de recuperación y Extremadura la que menos.
«El problema – según Aserma– es que tanto la industria como los usuarios individuales depositan dichos restos en vertederos. Precisamente el sitio donde no debe ser desechada, ya que así se impide su recuperación». Por ello la Asociación hace hincapié en que «el ciclo de vida de la madera no termina en la fabricación y utilización de productos elaborados. Su recuperación, reciclado y valoración energética son la alternativa para un segundo aprovechamiento, compatible con el cuidado del medio ambiente».
Por Mariam Alami (La Razón).
Los árboles ayudan a mantener el equilibrio ecológico y la biodiversidad. Además, depuran el aire, ya que, para poder generar una tonelada de madera, que tarda más de 10 años en formarse dependiendo de la especie, éstos procesan y fijan 1,85 toneladas de CO2. También limitan la erosión e influyen en las variaciones climáticas. Por ello, la recuperación de la madera es tan importante y necesaria. España recicla casi un millón de toneladas de este material cada año.
Es un sector que genera más de 1.000 puestos de empleo directo. Las empresas que se dedican a recuperar esta materia prima en nuestro país facturaron en 2005 más de 50 millones de euros.
La Asociación de Recuperadores de Madera (Aserma) ha venido desarrollando cada año un proyecto de formación y sensibilización medioambiental cofinanciado por la Fundación Biodiversidad y por el Fondo Social Europeo, con el fin de comunicar la importancia de esta actividad en la que proponen «dar una segunda oportunidad a este material. Con ésto se conseguirá un mejor aprovechamiento de los recursos naturales, por respeto al medio ambiente, porque la sostenibilidad es usar racionalmente los recursos garantizando su disponibilidad para las generaciones futuras y porque la lucha contra el cambio climático y el cumplimiento de los compromisos de Kioto exigen una actuación sostenible en todos los ámbitos».
La mejor forma de evitar problemas como, que el planeta se asfixie cada vez más deprisa o que se acentúe el efecto invernadero es la recuperación de la madera. «De esta forma – explica la Asociación– se puede reducir el porcentaje de madera virgen empleada en fabricación; depurar el aire; disminuir el efecto invernadero; minimizar la ocupación de vertederos debido a la voluminosidad de este material; obtiener una fuente de energía renovable, biomasa y, por otro lado, aumentar la conciencia ecológica de la sociedad y generar numerosos puestos de trabajo y un desarrollo socioeconómico más disperso».
La madera que se suele tirar y que puede ser perfectamente reciclable, normalmente son restos de recortes (trozos de madera generados en los sectores industriales); serrín y viruta generada en los procesos de transformación y corte; palets empleados como base para el trasporte; envases de madera como muebles o puertas; restos de construcción, derribo, poda, y madera tratada, como posteso traviesas.
Para su recuperación y reciclaje, la Asociación explica que lo principal es depositar dichos restos en las zonas de almacenamiento de este material, como son los contenedores, el silo o el apilamiento, o en los puntos limpios de los municipios y polígonos industriales. «Así se facilita su recogida y transporte a los centros de tratamiento, donde el residuo es sometido a procesos de clasificación, limpieza y reducción de volumen. De este modo –indican– la madera recuperada se destina a diversos sectores industriales como son la fabricación de aglomerados, la producción energética, la fabricación y compostaje e, incluso, para ganadería, jardines o pistas ecuestres».
El sector en España
Según los datos proporcionados por Aserma, durante el pasado año se generaron más de 1.400 millones de toneladas de restos de madera, de las cuales se recuperó más de un millón. Un 80 por ciento se destinó a la producción de aglomerados, un 10 a energía y el 10 restante a diversos sectores. Valencia fue la Comunidad Autónoma que presentó el porcentaje más alto de recuperación y Extremadura la que menos.
«El problema – según Aserma– es que tanto la industria como los usuarios individuales depositan dichos restos en vertederos. Precisamente el sitio donde no debe ser desechada, ya que así se impide su recuperación». Por ello la Asociación hace hincapié en que «el ciclo de vida de la madera no termina en la fabricación y utilización de productos elaborados. Su recuperación, reciclado y valoración energética son la alternativa para un segundo aprovechamiento, compatible con el cuidado del medio ambiente».
Por Mariam Alami (La Razón).
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