BBVA entregará a Bolivia sus acciones de Repsol pero exige seguridad jurídica ante los inversores
http://www.larazon.es/noticias/noti_eco35236.htm
19 de mayo de 2006
- La entidad financiera también solicita compensaciones por los gastos de gestión - El consejero delegado de Abertis, Salvador Alemany, mantiene su apuesta por el país, aunque «no tiene interés en desgastarse con misiones imposibles»
C. Ruiz / J. Martín
19 de mayo de 2006
- La entidad financiera también solicita compensaciones por los gastos de gestión - El consejero delegado de Abertis, Salvador Alemany, mantiene su apuesta por el país, aunque «no tiene interés en desgastarse con misiones imposibles»
C. Ruiz / J. Martín
Madrid- BBVA y Zurich entregarán al Gobierno de Evo Morales las acciones de las empresas petroleras nacionalizadas que gestionan a través de un fondo de capitalización colectiva. La Administradora de Fondos de Pensiones (AFP) Previsión y Futuros pide a cambio de esta cesión que el Ejecutivo boliviano le exima de toda responsabilidad ante la población del país andino, que es la receptora del dinero que genera este tipo de fondos. Además, solicitan compensaciones por los gastos en que ha podido incurrir desde el año 1997, fecha del comienzo de la gestión.
Según el gerente general de la Administradora de Fondos de Pensiones (AFP) Previsión, filial de BBVA en Bolivia, Ildefonso Núñez, «no hay ningún problema a la hora de entregar las acciones». No obstante, subrayó la necesidad de obtener una compensación que garantice una cierta seguridad jurídica. «No voy a decir que es ilegal, pero deberemos llegar a un acuerdo aun cuando el Gobierno boliviano interprete que actúa dentro del marco legal, ya que nuestra posición no es la de regalar las acciones».
Sin embargo, Evo Morales ya ha dejado claro que su Gobierno no está dispuesto a pagar ni un euro en concepto de indemnización ni por controlar las filiales de las compañías petroleras en el país ni por las acciones de las mismas que custodian las entidades financieras. Todo ello dará previsiblemente pie a una larga «batalla» entre el Estado boliviano y las empresas extranjeras.
Fuentes de BBVA aseguran que la postura del banco es de absoluta prudencia, aunque se muestran tranquilos por el impacto que la medida nacionalizadora puede tener en las cuentas del banco, ya que la inversión en el país es muy pequeña, apenas 2,9 millones. La entidad ganó en Bolivia 2,3 millones, tan sólo el 0,06% de los más de 3.800 millones que obtuvo el grupo en 2005.
Tanto BBVA como Zurich custodian el fondo, compuesto por las acciones que los bolivianos poseen en diez empresas mixtas que vieron la luz a raíz de la privatización parcial de diez empresas estatales. Con los dividendos, las entidades pagan el conocido como«Bono Sol» (solidario), que permite a las capas más desfavorecidas de la población boliviana beneficiarse de una pensión de 170 euros mensuales. Se cumplen cerca de tres semanas desde que el Gobierno boliviano decretó la nacionalización de las reservas de hidrocarburos del país, en lo que se interpretó como un ataque claro a los intereses de Repsol YPF.
Esta misma semana, la presión del Gobierno de Evo Morales se trasladóde manera imperativa a BBVA como depositaria de las acciones del estado boliviano en las empresas mixtas creadas tras las privatizaciones de los años noventa y a Abertis y Aena, encargadas de la gestión de los tres más importantes aeropuertos del país: La Paz, Cochabamba y Santa Cruz.
Salvador Alemany, consejero delegado de Abertis, se mostró sorprendido por la posibilidad de que el Gobierno de Evo Morales revise la concesión de estas infraestrcuturas. «No hemos recibido ninguna comunicación del Gobierno. Hace diez días, nuestro responsable del negocio de aeropuertos estuvo allí y no le comunicaron ninguna anomalía; al contrario, le consultaron si Abertis podía asumir más responsabilidades».
El máximo ejecutivo de Abertis aseguraba ayer en un desayuno con la APIE que la amenaza no había creado desasosiego en la empresa. «Preferimos que las cosas vayan bien, porque nuestra presencia allí da resultados positivos, pequeños, pero positivos». Siempre con cautela. Alemany recordó que la presencia de Abertis en Bolivia fue el resultado de la compra de la británica TBI, y que aún quedan varios años para que acabe la concesión. «Por pequeña que sea nuestra presencia en Bolivia -según las últimas cifras, por los tres aeropuertos pasaron en 2005 algo más de 2,2 millones de pasajeros- no tenemos ningún interés en dejar Bolivia». Aunque en todo momento Abertis se ha mostrado muy cauta -«los empresarios tenemos que serlo pase lo que pase y donde pase»- Salvador Alemany aseguró también que la empresa no tenía «ningún interés en desgastarse en misiones imposibles». El último incidente con empresas españolas involucró al ex-presidente de la filial boliviana de Repsol, Julio Gavito, quien denunció ayer que dos fiscales intentaron impedir su salida del país. En un comunicado, la empresa rechazó lo que califica de «increíble e ilegítimo atropello» de dos fiscales.
Según el gerente general de la Administradora de Fondos de Pensiones (AFP) Previsión, filial de BBVA en Bolivia, Ildefonso Núñez, «no hay ningún problema a la hora de entregar las acciones». No obstante, subrayó la necesidad de obtener una compensación que garantice una cierta seguridad jurídica. «No voy a decir que es ilegal, pero deberemos llegar a un acuerdo aun cuando el Gobierno boliviano interprete que actúa dentro del marco legal, ya que nuestra posición no es la de regalar las acciones».
Sin embargo, Evo Morales ya ha dejado claro que su Gobierno no está dispuesto a pagar ni un euro en concepto de indemnización ni por controlar las filiales de las compañías petroleras en el país ni por las acciones de las mismas que custodian las entidades financieras. Todo ello dará previsiblemente pie a una larga «batalla» entre el Estado boliviano y las empresas extranjeras.
Fuentes de BBVA aseguran que la postura del banco es de absoluta prudencia, aunque se muestran tranquilos por el impacto que la medida nacionalizadora puede tener en las cuentas del banco, ya que la inversión en el país es muy pequeña, apenas 2,9 millones. La entidad ganó en Bolivia 2,3 millones, tan sólo el 0,06% de los más de 3.800 millones que obtuvo el grupo en 2005.
Tanto BBVA como Zurich custodian el fondo, compuesto por las acciones que los bolivianos poseen en diez empresas mixtas que vieron la luz a raíz de la privatización parcial de diez empresas estatales. Con los dividendos, las entidades pagan el conocido como«Bono Sol» (solidario), que permite a las capas más desfavorecidas de la población boliviana beneficiarse de una pensión de 170 euros mensuales. Se cumplen cerca de tres semanas desde que el Gobierno boliviano decretó la nacionalización de las reservas de hidrocarburos del país, en lo que se interpretó como un ataque claro a los intereses de Repsol YPF.
Esta misma semana, la presión del Gobierno de Evo Morales se trasladóde manera imperativa a BBVA como depositaria de las acciones del estado boliviano en las empresas mixtas creadas tras las privatizaciones de los años noventa y a Abertis y Aena, encargadas de la gestión de los tres más importantes aeropuertos del país: La Paz, Cochabamba y Santa Cruz.
Salvador Alemany, consejero delegado de Abertis, se mostró sorprendido por la posibilidad de que el Gobierno de Evo Morales revise la concesión de estas infraestrcuturas. «No hemos recibido ninguna comunicación del Gobierno. Hace diez días, nuestro responsable del negocio de aeropuertos estuvo allí y no le comunicaron ninguna anomalía; al contrario, le consultaron si Abertis podía asumir más responsabilidades».
El máximo ejecutivo de Abertis aseguraba ayer en un desayuno con la APIE que la amenaza no había creado desasosiego en la empresa. «Preferimos que las cosas vayan bien, porque nuestra presencia allí da resultados positivos, pequeños, pero positivos». Siempre con cautela. Alemany recordó que la presencia de Abertis en Bolivia fue el resultado de la compra de la británica TBI, y que aún quedan varios años para que acabe la concesión. «Por pequeña que sea nuestra presencia en Bolivia -según las últimas cifras, por los tres aeropuertos pasaron en 2005 algo más de 2,2 millones de pasajeros- no tenemos ningún interés en dejar Bolivia». Aunque en todo momento Abertis se ha mostrado muy cauta -«los empresarios tenemos que serlo pase lo que pase y donde pase»- Salvador Alemany aseguró también que la empresa no tenía «ningún interés en desgastarse en misiones imposibles». El último incidente con empresas españolas involucró al ex-presidente de la filial boliviana de Repsol, Julio Gavito, quien denunció ayer que dos fiscales intentaron impedir su salida del país. En un comunicado, la empresa rechazó lo que califica de «increíble e ilegítimo atropello» de dos fiscales.
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